Santos patronos de la Jornada Mundial de la Juventud: San Francisco Javier

Desde la organización de la JMJ se han elegido varios santos para que sean los patronos de estas jornadas, a los que en breve se añadirá nuestro querido Juan Pablo II como beato. Esos santos elegidos son concretamente ocho y pretenden mostrar el avance y la evolución de la fe en España.

Concretamente quería centrarme en uno de ellos: San Francisco Javier. Este es un mes muy indicado para hablar de él, dado que la parroquia peregrina, año tras año, en marzo a Javier, y este año no le puede faltar su mención aquí. Quizá un nuevo san Francisco Javier esté a punto de conocer su vocación en este próximo encuentro, quizá ahora pienses: ¿qué tengo yo que ver con todo esto? Pero la verdad, el encuentro es de jóvenes: de todo el mundo, de todas las culturas, con idiomas diferentes. Lo que les une es su fe. Pero también, es un encuentro de ideas renovadoras, de fuerza, del amor al prójimo que se respira en cada Jornada.

Los jóvenes somos el futuro de la sociedad: todo cambio que tiene que ocurrir empieza por nosotros. Lo que quiero decir es que nuestro mundo, hoy en día, está lleno de de odio, de maldad, de agresividad. La evidencia está bien clara: quieren destruir el matrimonio, quieren acabar con las vidas por el aborto, quieren acabar con la fe que existe en cada uno. No me refiero a España, sino a todo el mundo: estos problemas los están sufriendo las personas en todos los países. Este encuentro nos acerca a la fe, no solo para agrandarla, sino también para respirar lo que implica ser creyente. Una persona creyente vive de su fe, de los valores que aprendemos de ellos: aprendemos como luchamos contra el mal con la buena palabra y con el diálogo, en el sentido de hacerles (a los que hacen el mal) conscientes del mal que provocan. Así es nuestro lenguaje y nuestro estilo. Tenemos que borrar la imagen del joven que es adicto a drogas, que no sobrevive sin fiestas de alcoholismo.

Seguro que cuando termine este encuentro muchos estarán más cerca de ser como san Francisco Javier o santa Teresa. Lo que sí es cierto que será una experiencia inolvidable.